Para toda sociedad que presuma de hondas raíces históricas, como la mexicana, acceder a cualquier tipo de modernidad tiene sus costos. Cuando esto sucede, por lo general éstos se ceban más frecuentemente en las diversas expresiones culturales que se erigen como un obstáculo para el avance de aquellas formas de modernidad, promovidas por formaciones sociales emergentes, cuyos orígenes responden a una tradición histórica o económica diferenciada del conjunto social. A propósito, ya desde 1974 -año de la primera edición de Los cargos políticos y religiosos en la región del lago de Pátzcuaro-, María Teresa Sepúlveda observaba que el sistema de cargos vigente en los pueblos de la región con hondas raíces históricas tendía a diluirse de manera irremediable: ¿podemos atribuir este fenómeno a la modernidad?
[Texto completo]SOBERÓN MORA ARTURO
El libro de Carlos Herrero que en esta oportunidad nos ocupa, es precisamente un ensayo revisionista, que somete a juicio crítico las tesis que han dominado la interpretación del fenómeno independentista mexicano en los últimos treinta años. Apoyado en la consulta de una amplia bibliografía referente al tema, así como de los principales ramos que resguarda el Archivo General de la Nación, en los que quedó constancia documental del itinerario insurgente desde sus inicios, y de los afanes realistas por nulificarlo, Herrero propone nuevas rutas para abordar la Revolución de Independencia. Definiendo de antemano las categorías de análisis que usa en su estudio y aclarando las posturas teóricas y metodológicas que lo enmarcan, plantea su propósito a través de cuatro estudios de caso: el asalto de las fuerzas insurgentes al pueblo de Calpulalpan en abril de 1811; la revuelta de las comunidades indígenas y la población de Amecameca entre octubre y noviembre de 1810: la revolución caudillista de los Villagrán y los Anaya en Huichapan; y las circunstancias que rodearon el asedio del ejército de Hidalgo a la Ciudad de México entre octubre y diciembre de 1810.
[Texto completo]PRESENTACIÓN
Se trata pues de un largo recorrido de poco menos de cien años de experiencia fotográfica, en el que los ítems se fueron acumulando progresivamente en los ámbitos público y privado, no sólo en las ciudades –su hábitat más común– sino incluso en apartadas regiones de la geografía nacional. Gran parte de esos acervos se han perdido, en tanto otros permanecen todavía en el olvido y en riesgo permanente de desvanecerse; pero muchos otros se encuentran bajo seguro resguardo y disfrutan ya de la restauración y conservación material que hace posible el avance tecnológico actual. En no pocos casos se les descubre ordenados, catalogados y descritos. Es así que los acervos fotográficos reseñan miradas sociales pretéritas que potencialmente sugieren se les retorne al escrutinio de los contemporáneos, en un ejercicio también estético de recuperación. Con la intención de sumar esfuerzos en esa labor, Dimensión Antropológica abre, a partir del presente número, una sección permanente dedicada a la edición comentada de fotografía histórica.