El contenido de Persistencia histórico-cultural. San Miguel Tolimán tiene una gran utilidad tanto para los estudiantes como para los especialistas de la cultura otomí y la historia regional. Además de proporcionar una revisión bibliográfica de trabajos teóricos y metodológicos, fuentes documentales y otros estudios relacionados, toma en cuenta la tradición oral y el análisis simbólico, todos los cuales sirven para orientar estudios futuros y amplían nuestros conocimientos sobre el grupo otomí.
La obra consta de una introducción, seis capítulos y una conclusión; asimismo tiene una amplia bibliografía que incluye estudios teóricos y descriptivos y fuentes documentales del Archivo General de la Nación (AGN), además de mapas, planos, cuadros y atractivas fotografías, que conforman un total de 390 páginas.
El primer capítulo, “Las categorías teóricas centrales”, presenta diversos enfoques teóricos para el estudio de la historia regional, relacionando la historia y la geografía física con la geografía humana; es decir, la relación entre el tiempo y el espacio desde el enfoque de las ciencias sociales. Menciona la importancia de la historia oral como elemento de pervivencia cultural, proporcionando datos tangibles de valor personal y social, que permiten salvar la brecha que existe entre lo académico y la comunidad de estudio. La historia oral relaciona el mundo social cotidiano de la comunidad con el estudio de la historia regional dándole a ésta, en palabras de Aurora Castillo, un sentido más humano. También discute reflexiones en torno a los conceptos de “cultura”, “identidad étnica” y el mundo religioso, con la finalidad de analizar al sistema de cargos y las transformaciones que se han dado en la sociedad otomí de Tolimán.
Remarca “que aunque han modificado la estructura y funciones de las fiestas, de las danzas y de los cargos, no han trastocado la ideología y la cosmovisión del otomí, las cuales se mantienen vivas, aun cuando se efectúen cambios mediante procesos adaptativos y de adopción.” (p. 84)
La cosmovisión de los otomíes se expresa por conducto de funciones, símbolos y objetos presentes en el ciclo de las fiestas, en las que intervienen con el desempeño de algún cargo en alguna etapa de su vida todos los miembros de la comunidad. Además, se notan claramente las reglas y la división de funciones en las fiestas religiosas del sistema de cargos de San Miguel (p. 85).
Aurora Castillo dice que “el sistema de cargos es la categoría de análisis que permitió organizar la información recabada sobre hechos, ideas, objetos y sitios, para interpretar el funcionamiento de la vida religiosa de los otomíes de Tolimán y señalar su relación con otros sectores de la sociedad en su conjunto”. Utiliza la descripción etnográfica como base para la interpretación de la cultura en función de la simbología que el sistema de cargos encierra.
En el segundo capítulo, “Marco histórico”, se traza la historia de los otopames desde antes de la Conquista. Habla de la fundación de Tolimán, las instituciones coloniales como son la encomienda, el tributo, la evangelización, la congregación de pueblos de indios, el repartimiento (el reclutamiento forzado de hombres y mujeres para mano de obra), la propiedad de la tierra y la hacienda. Este capítulo también trata de la economía (agricultura y pastores, y manufacturas), la organización política y social desde el enfoque histórico.
El tercer capítulo, “Territorio y organización económica”, trata la relación entre geografía, sociedad y cultura, dado que en cada cultura hay un equilibrio entre las condiciones geográficas generales y el grupo inserto en ella. Presenta las características geográficas de la región: el marco orográfico (la estructura geológica y las áreas ecológicas), fisiográfico (por ejemplo, tipos de suelos), hidrografía (las aguas), la conformación territorial del municipio de Tolimán, sus barrios y caminos y cómo la organización territorial es factor de identidad. También se refiere al patrón de asentamiento y la forma de residencia (p. 185). Aquí relaciona la situación geográfica y territorial con la organización económica y las actividades comerciales, ya que estas actividades se realizan durante las fiestas patronales en las que se cumplen simultáneamente funciones religiosas, sociales, políticas, económicas y lúdicas.
El cuarto capítulo, “La población de San Miguel Tolimán”, presenta el perfil lingüístico, la población demográfica del grupo otomí de Tolimán, su vida cotidiana, la familia y la reproducción cultural, la estructura social de la descendencia, el ciclo de vida (el nacimiento, el matrimonio, y la muerte), y la indumentaria. Explica la vinculación de la familia con la organización económica, describiendo la organización del trabajo y cómo la migración impulsa procesos de cambio, mientras que la pertenencia al grupo étnico es un factor de equilibrio.
En el quinto capítulo, “Pervivencia cultural”, realiza el análisis simbólico y ritual de algunos componentes de la pervivencia cultural; analiza símbolos sagrados como el Chimal que los otomíes ofrendan en la celebración al santo patrono San Miguel Arcángel (símbolo de la unificación de los fieles y la divinidad), y los cuatro puntos cardinales (o cuatro direcciones cósmicas vinculadas con la naturaleza: el viento, el fuego, el agua que corre y el agua que cae). A través de estos símbolos, aseguran un círculo completo de protección material y espiritual. La tortuga o xaha en otomí -símbolo religioso de origen acuático-, es proveedora de agua y, en consecuencia, de alimentos: frutos y granos.
Trata espacios y lugares sagrados como son los cerros Zamorano, Calvario, Cantón y Frontón, y los ríos Tolimán y San Pablo con sus afluentes – los sitios sagrados naturales para el otomí son los cerros, ríos, manantiales y pozos-. Otros sitios sagrados construidos por el hombre con fines religiosos son las capillas otomíes. En este capítulo se analizan los símbolos sagrados y los rituales relacionados con ellos, con el fin de ubicar la significación de los símbolos en el análisis del sistema de cargos.
Por último, en el sexto capítulo, “Los cargueros de San Miguelito”, se realiza un análisis detallado del sistema de cargos; su estructura social, las cuadrillas de danza y los Xitales. Éstos representan la lucha entre el hombre y el toro; un grupo de hombres disfrazados con máscaras se transforman en viejos, demonios o animales, y enseñan a los niños las danzas que deberán representar durante las fiestas, además de imponer el orden y la disciplina entre los danzantes.
Después de analizar el papel e importancia de los diferentes participantes -los rezanderos, los músicos y los danzantes y sus funciones-, analiza el contexto de las fiestas y su vinculación con el ciclo agrícola y el sistema de cargos.
Falta más de la mitad del sexto capítulo por describir, pero aquí me detengo. Por medio de esta breve reseña se ve lo interesante y completo que es Persistencia histórico-cultural. San Miguel Tolimán, de Aurora Castillo Escalona. Promete ser una obra de referencia de mucho valor por la gran cantidad de datos y de análisis que contiene; es una joya para el estudioso del grupo otopame y de la historia regional.
Sobre la autora
Martha C. Muntzel
Dirección de Lingüística, INAH.