En estos tiempos los grupos étnicos de México propugnan por un reconocimiento a su diversidad cultural y lingüística, tanto en el plano discursivo como a través de múltiples formas de reivindicación. Asimismo piden una reformulación de sus demandas en otros aspectos en donde también se han visto relegados por la llamada sociedad nacional, como son los planos económico, político, ideológico, social y educativo, por mencionar algunos.
En este contexto, ubicar la gramática didáctica del huichol significa acercarse a las necesidades reales de una comunidad que busca integrarse a los procesos educativos a partir de su base cultural, étnica y lingüística desde sus formas de concepción del mundo sin colocar de manera automática los preceptos elaborados desde la gramática del español. Por varias décadas este error ha sido fomentado por quienes han elaborado los alfabetos de las lenguas indígenas desde la llamada educación bilingüe, muchas veces apoyados por lingüistas más interesados en aplicar la técnica fonológica o la “simplicidad práctica” que supuestamente brinda el alfabeto del español.
A esta concepción de los llamados alfabetos prácticos de las lenguas indígenas, los autores de la gramática didáctica del huichol hacen una profunda reflexión de cuáles son los parámetros utilizados desde la fonología y la práctica pedagógica para proponer y aun revisar -a partir de varios experimentos entre personas alfabetizadas en su lengua materna-, los problemas del sistema de escritura del huichol, en particular de algunas grafías que presentan dificultades desde diferentes niveles de complejidad de los sistemas fonológico, gramatical y pragmático del huichol.
Esta innovación del quehacer lingüístico implicó conjuntar dos visiones íntimamente relacionadas en un proceso de construcción del modelo utilizado para dar cuenta del sistema fonológico de la lengua y así proponer un sistema de escritura acorde con la estructura fonológica y gramatical del huichol. El primer elemento es, el conocimiento lingüístico, en el más amplio sentido del término, de un investigador con años de experiencia en trabajo de campo y en el conocimiento de la gramática de este idioma. Esto implicó centrarse en la técnica lingüística y en la estructura de la lengua misma, y además buscar otros parámetros conducentes a tener una visión más amplia del fenómeno de la escritura. El segundo elemento son los maestros bilingües de huichol, conocedores de la problemática que ha implicado el manejo de varios alfabetos en esta lengua y que al mismo tiempo se dieron a la tarea de aprender los rudimentos de la lingüística para así opinar, con fundamentos académicos, sobre las posibilidades en la elaboración del alfabeto huichol y contar con sus propios argumentos frente a la visión del lingüista. Un equipo con estas características logró integrarse provechosamente de tal forma que el resultado es un material dirigido a los hablantes del huichol y un instrumento para el mejor desempeño de los maestros bilingües en su labor alfabetizadora en su lengua nativa.
Dentro de los muchos aportes del libro, aquí destacaré algunos que me parecen relevantes para entender la estructura de la obra y las intenciones de los autores por ir más allá de un simple análisis fonológico como base para la conformación de la propuesta de escritura que aquí se formula. Esto corno una invitación para que los interesados puedan encontrar en él otros elementos importantes en la relación entre los modelos del lenguaje y su utilidad en la lingüística aplicada. Los modelos tienen que ir más allá de la lingüística que podemos llamar sistémica, buscando nuevas alternativas de análisis en donde se consideren aspectos dialectológicos, sociolingüísticos, simbólicos y culturales, por mencionar algunos de los más importantes; de alguna manera éstos están íntimamente relacionados con el sistema de escritura que puede tener cada lengua, como es el caso de la propuesta de escribir el huichol, elaborada a partir de un largo proceso de análisis, reflexión y experimentación de varios elementos que en conjunto muestran un sólido modelo que avanza en su puesta en práctica en las comunidades huicholas y que esperamos no se quede únicamente en el plano escolar, sino que sirva como detonante para utilizarse en otros ámbitos, como el literario, judicial, médico y administrativo, entre muchos otros.
La cultura de los huicholes, rica en rituales y procesos simbólicos, es uno de los elementos recuperados a lo largo del trabajo. En el proceso de análisis, los autores se encontraron con elementos simbólicos propios del grupo que debían ser incorporados en toda la discusión que llevara a la elaboración de un alfabeto propio, capaz de recuperar la esencia simbólica subyacente a las posibilidades de desarrollar un sistema de escritura práctica acorde con sus representaciones mentales.
A partir de esta conceptualización, los autores hacen una diferenciación entre lengua oral y lengua escritural. Esta distinción implica pasar de lo oral a un plano diferente en el cual se relacione, “la concepción y la redacción, del uso de los recursos formales y semánticos de la lengua, así como del manejo de las condiciones pragmáticas de la comunicación, de la producción, transmisión, reproducción y recepción”. Ellos recuperan la idea de que la cultura huichola ya contaba con una lengua escritural antes de la elaboración de una escritura formal, debido a las características propias de una lengua escritural, como es su carácter de procesos mediados por factores como la reflexividad en la producción del discurso, la creación de mensajes altamente elaborados y los elementos formales que abarcan tipos de registros propios de personajes con una investidura moral que implica una jerarquía al interior del grupo. Algunos ejemplos de estos últimos, puede ser el lenguaje sagrado de los mara’akame, quienes en sus narraciones, utilizan un tipo de registro no empleado en la vida cotidiana, sino dentro del rico sistema ritual practicado por generaciones y como tal, reproducido oralmente de generación en generación. A esta forma de narrativa se suman otros tipos de géneros, como la canción, la anécdota y el canto chamánico.
Pero los autores no se quedan allí, reconocen además otras posibilidades de la lengua escritural al señalar que “la introducción de la escritura tendrá como consecuencia la conformación cada vez más elaborada de una lengua escritural que podrá utilizar un grupo cada vez más numeroso de personas más allá del ámbito religioso: técnicos de diferentes áreas como la pedagogía, la lingüística, la medicina, la literatura, etc.”. De esta manera, lo simbólico permite continuar por un camino que abre un panorama mucho más amplio para quienes logren alfabetizarse correctamente en la lengua autóctono del grupo.
En lo que respecta a la parte propiamente lingüística, observarnos una visión muy amplia que va desde lo fonético hasta lo gramatical, sin dejar de lado el aspecto pragmático del fenómeno. En este punto es importante resaltar la visión de conjunto del fenómeno lingüístico implicado en el planteamiento del libro. De forma didáctica los autores van elaborando el discurso académico que de manera sencilla parte de la fonética articulatoria, comparando las realizaciones fonéticas del huichol y del español. Con ello permiten al lector reconocer similitudes y diferencias en el tipo de formas fonéticas propias a cada sistema. Con la estructura fonológica sucede lo mismo; contrastando ambos sistemas a la luz de la fonología estructural, explican cómo éstos se estructuran de manera diferente, como es el caso de las vocales en ambas lenguas. A pesar de tener cinco vocales cada una, su realización, sistema y combinación no son iguales. Mientras las dos lenguas comparten [a, e, i, u], el español tiene [o] y el huichol [I], la llamada i herida, que incluso en este sistema en ocasiones funciona como vocal neutra. También reconocen la combinación de fonemas dentro de la palabra. El español permite una serie de combinaciones de vocales, y consonantes, mientras el huichol presenta un sistema más restringido de reglas combinatorias, ya que su patrón silábico es básicamente CV, junto con otro de la forma CVV, en donde, por cierto, también presenta algunas restricciones en la posibilidad de combinación entre vocales. Precisamente por tener un e1 patrón CV, toda sílaba comienza con consonante y puede tener además de cualquier consonante alguna de las dos consonantes glotales, íntimamente relacionadas en esta lengua, que el español no tiene en su sistema fonológico: la aspiración [h] y el saltillo [?].
Como parte de los contrastes entre los sistemas del español y el huichol, hay todo un tratamiento de cómo los hablantes incorporan los préstamos del español a partir de la estructura del huichol y a la inversa. En el caso de la lengua indígena existe una variación de la forma en que se adquieren los préstamos a partir de diferencias dialectales, diacrónicas, diastráticas y diafásicas, las cuales, sin embargo, entran a partir de principios relacionados al sistema de la lengua, como en los siguientes ejemplos: el término español “cabra”, que resulta en /ka.pú.ra/ o /ka.pi.ra/, dado que no existen grupos consonánticos en huichol. La palabra grabadora puede interpretarse de dos maneras, como karawatura o con la alternancia entre kirawarura / kilawalula. En este proceso de adquirir préstamos del español también entraña diversas formas de incorporarlos según connotaciones relacionadas con los tratamientos internos de la lengua, según sea el caso del tipo de connotación. Por ejemplo, el nombre “Fidel” puede asimilarse de forma neutra corno Fideli, pero cambia a Pireli si se le nombra cariñosamente o a Pixeri si tiene que ver con la forma despectiva.
La importancia del análisis de los préstamos radica en no ver la lengua en términos de un ente aislado, buscando únicamente las supuestas formas nativas, así como un aparente sistema inmutable del idioma en cuestión. Más bien implica una búsqueda de la heterogeneidad dentro de la estructura y las diversas formas de cómo la lengua adapta los préstamos a partir de diferentes reglas y principios propios del huichol. Este punto de vista no sólo implica observar esa dinámica, también proporciona elementos para fortalecer los criterios sobre la escritura propuesta.
Una revisión de la escritura del huichol parte de un análisis de otras propuestas, como las de la Secretaría de Educación Pública y del Instituto Lingüístico de Verano, haciendo una crítica fundamentada de los elementos en donde existe un desacuerdo en los criterios utilizados en el empleo de ciertas grafías y suprasegmentos. La cantidad vocálica, la k labializada, la africada /ts/, las consonantes glotales (aspiración y saltillo), la i herida, las semiconsonantes /w/ y /y/ frente a las vocales /u/ e /i/, y el acento, son el centro de la discusión. Las proposiciones hechas en cada caso obedecen a elaborados análisis desde diferentes puntos de vista, no sólo a partir de características fonológicas. Aquí se incluyen desde objetivos prácticos hasta procesos morfofonológicos, gramaticales y pragmáticos. Los grafemas que resultan en esta propuesta incorporan a su vez variaciones internas, que pueden ser dialectales, pragmáticas y aun del habla infantil, como el grafema x, que se pronuncia de manera diferente según la región, en unos casos como [ŕ] y en otros como [ř] en el habla infantil como [s] o [š].
Para reforzar lo expuesto con respecto a los grafemas y su relación en diferentes órdenes, en el texto incorporan varios recuadros con ejercicios sobre el problema tratado, como puede ser la búsqueda de pares mínimos, el reconocimiento de los diptongos o la cantidad de sílabas en la palabra. Esto permite a los lectores reforzar de manera didáctica cada fenómeno y así reflexionar sobre las características estructurales de su propia lengua o en el caso de los hispanohablantes el reconocimiento de las diferencias entre dos lenguas con sistemas diferentes.
Existe un elemento novedoso en el libro, la gran cantidad de recuadros que tienen que ver con la escritura, desde la base de la escritura, los orígenes de ésta, los diferentes tipos que existen o han existido en el mundo, hasta la relación entre la oralidad y la escritura. El ordenamiento de estos recuadros va abriendo un panorama al lector, paralelo al discurso académico que se va formando a lo largo de todo el texto, por lo tanto no son gratuitos y sí permiten tener una visión más amplia entre lo que ha sido el desarrollo de la escritura en la historia de la humanidad y la propuesta de escritura del huichol, concebida teniendo en consideración una gran cantidad de factores de suma importancia dada la complejidad de un problema que todavía está en construcción.
Otro capítulo se enfoca a revisar minuciosamente varios ejercicios de la escritura del huichol de adultos supuestamente bilingües pero alfabetizados en ambas lenguas de forma desequilibrada, lo que implica errores básicamente producto de las interferencias venidas de la escritura y gramática del español, debido a que la alfabetización de la lengua nativa se fundamentaba propiamente en los principios del sistema de la lengua española. En los ejercicios es notoria la forma en que los errores tienen que ver con juicios metalingüísticos más cercanos al español que a la lengua indígena. Esto no es gratuito, es indudable que durante años se fomentó la supuesta escritura de las lenguas autóctonas desde los parámetros del español y eso ha derivado en problemas al partir de las estructuras propias de cada idioma nativo, como en este caso particular. La reflexión que aquí se hace permite revisar las dificultades más evidentes, que tienen que ver con la complejidad de algunos rasgos fonéticos, fonológicos y de la escritura misma, para así contribuir a desarrollar una conciencia lingüística más acorde a las características del huichol. Romper las inercias de años de imposición desde otra lengua implica a su vez contar con suficientes herramientas lingüísticas y pedagógicas que sean capaces de dirigir a los hablantes hacia el reconocimiento de lo propio y de lo ajeno, pero, sobre todo, para desarrollar en ellos una conciencia de lo que significa pensar en términos de las normas ortográficas del huichol. Llegar a ello denota un largo proceso de trabajo que ha iniciado de alguna manera con la propuesta desarrollada a i lo largo de este libro. Las posibilidades son muchas, los obstáculos también.
Sobre el autor
José Luis Moctezuma Zamarrón
Dirección de lingüística, INAH.