CRISTAL BRUÑIDO
Fotografía Histórica
Un buen día, no sabemos cuándo exactamente, entre 1894 y 1900, el adolescente Gerónimo escapó de su casa y por sus propios medios se trasladó a la ciudad de México, en donde inferimos que comenzó a aprender el oficio de fotógrafo de prensa.
.:: REVOLUCIÓN MEXICANA
El aspecto que me interesa mostrar aquí es la incorporación de un grupo de maestros protestantes, que eran al mismo tiempo estudiantes de teología del Instituto Metodista Mexicano de la ciudad de Puebla, que se unen a la Revolución en 1914, a consecuencia de la intervención estadounidense en México. Se trata aquí de mostrar cuántos y cuáles fueron los principales alumnos que se incorporaron al proceso revolucionario y reflexionar sobre el tipo de educación impartida por los colegios metodistas, que desde mi punto de vista ayudó a que estos jóvenes se concientizaran e identificaran con las demandas de tipo político y social de la Revolución.
[Texto completo]Gracias a los trabajos de investigación surgidos en los últimos años, podemos ahora reconocer el papel fundacional que las mujeres han jugado en aspectos y momentos clave de la vida nacional. Inmersas en la llamada economía de mercado desde el periodo colonial, inteligencia y mano de obra femenina se descubren casi indispensables en las actividades artesanales, industriales, comerciales y financiera del periodo. Hasta aquí, constatamos igualmente que su presencia en los asuntos públicos no marchaban de la mano con su aportación económica y cultural, presencia acotada, fundamentalmente, por un discurso moral de orden religioso que les reservó el cuidado del hogar y la familia como única opción.
[Texto completo]Intentaré delinear el personaje de Leonor Villegas de Magnón, quien fuera presidenta de la Cruz Blanca Nacional antes de adentrarnos en la descripción de la organización y desempeño de las enfermeras, objetivo del artículo. Originaria de Nuevo Laredo, Tamaulipas, nació el 12 de junio de 1876, con unos días de diferencia de la entrada triunfal de Porfirio Díaz a la Ciudad de México, luego que desconociera al gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada de acuerdo con lo estipulado en el Plan de Tuxtepec. El día de su nacimiento -cuenta Leonor en las memorias- su padre la apodó cariñosamente la Rebelde, porque los soldados federales que inspeccionaban el área y catearon la casa paterna en busca de revoltosos creyeron que el llanto de la recién nacida era el de un rebelde oculto.
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