Las alhóndigas y pósitos en la Nueva España se fundaron durante la época colonial y se establecieron principalmente en las ciudades importantes y en los reales de minas productivos. Su razón de existir se debió primordialmente a que en determinadas épocas los basamentos de harina, trigo, cebada y muy particularmente el maíz escaseaban, y por ende se encarecían excesivamente.
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