Considero que un primer paso es distinguir entre la forma en que se ha usado y la lógica de su evaluación por parte de la comunidad académica arqueológica que intenta apegarse a ciertas ideas de la metodología de las ciencias duras, desde la filosofía neopositivista de habla inglesa; después, y como complemento, es importante proponer lo que implica Mesoamérica desde la crítica que las teorías de la complejidad han hecho a la vieja alianza de la ciencia y lo subyacente, tácito en su uso, manejo y enunciación. Enfoco la reflexión hacia la noción vista en el pasado prehispánico, pues resulta el fundamento duro de algunas ideas que trascienden hacia las investigaciones de lo “étnico” y del problema “étnico nacional”, tan en boga en la actualidad, que no tocaré por ser parte de una discusión política que dejo a otros discernir. Esta es la mirada de un arqueólogo que, espero, sea ilustrativa para las otras especialidades.
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